Mai de Zulueta. Sevilla, 1991.
Honoré de Balzac decía que el artista aportaba algo que no existía y que lo hacía sin destruir nada. Para mí esa es la clave del arte, de la buena visión ante la vida. La visión que cada uno tiene que tener del arte ha de ser una visión nueva, única y no dañina. Cuando fotografío intento captar los silencios de las cosas, las imágenes más serenas y hermosas o las ciudades desde su ángulo más desconocido. Pero sin perturbar, porque para mí la fotografía es una manera de descanso también y de disfrute. Quiero que mis imágenes muestren esa parte de la vida que no es percibida a simple vista pero que sin embargo, esté delante de nosotros de manera muy obvia. Me gustan los objetos normales, las personas haciendo cosas habituales y los paisajes cotidianos, pero siempre intentando convertir lo ordinario en extraordinario… sin destruir nada.