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El lápiz de carbón y la goma han sido siempre importantes para el diseñador Javier Mariscal en sus creaciones, pero desde que descubrió hace un año las posibilidades del iPad y el iPhone no ha parado de experimentar y ahora muestra en una exposición algunos de los dibujos salidos de su tableta.
La Sala Vinçon de Barcelona acoge hasta el próximo 31 de marzo una selección de estos dibujos digitales realizados por el diseñador gráfico, de mobiliario y ocasional director de cine junto con Fernando Trueba en «Chico & Rita».
«Mi amigo Gonzo Suárez me invitó a Gijón a un festival de videojuegos para presentar cómo se hizo ‘Chico & Rita’, y como premio me dio un beso, me presentó a su hermana Silvia y me regaló un iPad. Lo miré, lo toqué y lo metí en la maleta», explica el propio Mariscal por escrito en el programa de la exposición.
Al cabo de unos meses, el creador encontró el iPad entre una pila de libros y cómics: «Era un fin de semana y no tenía nada que hacer aparte de leer nuevos libros de cómics; lo enchufé y empecé a ver para qué servía esta especie de teléfono gigante que no servía para llamar y sí para recibir correo».
Un encuentro posterior con su amigo Mario Eskenazi en un bar con wifi propició la descarga de programas de dibujo gratuitos.
No tardó demasiado en empezar a dibujar y la reacción de Mariscal fue inmediata, «todo era rápido, intuitivo y fácil» y lo mejor, «se podía dibujar con el dedo sin mancharte y la pantalla te hacía caso».
Posteriormente, durante un fin de semana con sus hijos Alma y Linus, Mariscal se dio cuenta que «la tableta-ordenador-emisor-receptor de mensajes servía para muchas cosas más». Descubrió pequeñas aplicaciones como el Sketch Pad o el Brushes Fantástico, que podía utilizar en cualquier lugar y circunstancia: «esperando un avión, en una cafetería, mientras charlabas con amigos bebiendo una cerveza».
El diseñador creó su primer ‘Brushes’ el 22 de marzo de 2011 y desde entonces no ha parado, según él mismo confiesa. Cuando le robaron su antiguo móvil, «pieza de museo», recuerda, le regalaron un teléfono nuevo, un iPhone, «el hermano pequeño» del iPad, con el que se aficionó al Facebook en septiembre de 2011.
De la mano de la fotógrafa Elena Claverol y sus consejos se convirtió además en «fotógrafo de las cosas inútiles que tenía alrededor» y de ahí pasó a dibujar sobre fotos.
La interacción, tan importante para un creador, era inmediata, como reconoce Mariscal: «Alguien me enviaba una foto por email y yo la pasaba al Brushes y luego la enviaba al Facebook, en cinco minutos había inventado una nueva imagen y a los diez minutos ya tenía 120 ‘me gusta’ y 20 descargas».
Mariscal, que acaba su escrito dando las gracias al malogrado fundador de Apple, Steve Jobs, opina que la tableta y el móvil le han permitido encontrar un sistema «instantáneo, rápido, divertido, maravillosamente refrescante y que hace que te puedas expresar más fácilmente y sobretodo comunicarte con mucha más gente».
En la exposición, además de algunas ilustraciones de «Chico & Rita», Mariscal vuelve a sus temas de siempre, la ciudad, los retratos, el desnudo femenino y en la galería de dibujos se cuelan algunos de sus personajes como los ‘garridis’ o un madurito Cobi, que conserva su camiseta de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, pero que presenta una incipiente barba.
La exposición constata la fascinación de Mariscal por la tecnología digital, al igual que sucedió con artistas como David Hockney, que tiene una colección de obras hecha con los mismos artilugios digitales. EFE