Cildo Meireles se refiere a su obra Babel como una «torre de incomprensión». Consta de cientos de radios, cada una sintonizada en una estación diferente.
La escultura hace alusión a la historia bíblica de la Torre de Babel, una atalaya lo suficientemente alta como para llegar a los cielos. Dios se ofendió por esta estructura y condenó a sus constructores a hablar en diferentes idiomas. Incapaces de entenderse, se dividieron y dispersaron por toda la tierra, y así comenzaron todos los conflictos de la humanidad.

Babel se compone de radios analógicas de diferentes edades, desde los aparatos de radio de válvulas de los años 20 que componen los niveles inferiores de la torre, hasta radios electrónicas más pequeñas de los años más recientes que forman su cumbre. Mediante el uso de radios de tamaño decreciente desde el piso hasta el techo, Meireles mejora la percepción de altura de su torre, en la que se escuchan simultáneamente melodías de diferentes épocas.
Foto: Christian Fernández