Mariano Vargas

Mariano Vargas

Mariano Vargas

Mariano Vargas, es un fotógrafo malagueño centrado en la exploración de la belleza femenina.

Mariano descubrió el arte y la mujer de niño, gracias a los grandes pintores del Renacimiento. Mientras sus hermanos leían cómics, él pasaba horas leyendo los libros de arte que coleccionaba su abuelo . Así, su imaginación se enriqueció con aquellas mujeres de piel blanca y pelo rojizo, a veces modestas y otras veces libres en su desnudez.

En su adolescencia, veía a Venus en las mujeres que lo rodeaban. Empezó tomando fotos de las chicas que le inspiraban y luego transportándolas a su mundo, pintándolas. Su mente se agitó y la pintura ya no podía satisfacer las necesidades creativas de su alma. Fue entonces cuando se encontró con la fotografía como un medio de expresar su mundo interior, permitiendo a sus protagonistas tener una piel real.

El arte, la mujer y la belleza siempre me han inquietado. Desde muy pequeño demostré un gran interés por el universo femenino y artístico. Mi entretenimiento favorito era encerrarme en la biblioteca de mi abuelo paterno, visionando con sumo interés los libros de arte que había en sus estanterías. Aquellas imágenes de mujeres desnudas de tez rosada me atraían, sus poses, sus rostros desbordados por el pudor… al fin y al cabo, sus expresiones.

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Fotografía erótica artística: Mariano Vargas.

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Conocí la obra de Vargas en el 2010, en Madrid, en un importante centro de impresión fotográfica, y desde entonces quedé fascinado por su ejemplar tratamiento del erotismo. Considerado como uno de los mejores fotógrafos eróticos contemporáneos, Mariano Vargas, obtiene la mayor parte de su inspiración de los grandes maestros del Renacimiento italiano, Botticelli, Rafael y Leonardo da Vinci. En la serie Soltanto Madonne, la belleza está atrapada en forma de mujer con siluetas únicas y enigmáticas.
Mariano Vargas quiere crear la belleza en la combinación de los cuerpos, la ropa, la decoración teatral, y otros detalles sofisticados. Sus vírgenes son como los «tableaux vivants» que implican a los modelos de sus fantasías en un mundo que une el pasado, el postmodernismo y el Renacimiento. Todas estas bellas mujeres son retratadas en una alegoría del tiempo con temas como la religión y lo secular, la trascendencia y el placer, la magia y lo cotidiano.